jueves, 30 de mayo de 2013

Atisbos de esperanza...

¡Dónde reside la risa y dónde acaba la vida!
Incongruencias contenidas en un verso.
El alma se cierra; las letras no acuden en su auxilio.
Desgrana el cerebro burbujas de impotencia
que explotan sin alcanzar su objetivo.
Se devanan las neuronas en enredos que no cuajan.
Se alborotan: ni conciertos sonoros ni aplausos
sin reconocimiento ante unas insensatas notas.
El deseo crece; la realidad ahoga, ignora, enloquece...
¿ Y si nadáramos en la misma dirección, en la misma corriente?
¡Mecernos con las olas donde quiera que nos lleven!
¡Disfrutar con sus alegres y/o abruptos vaivenes!
¡Reposar en las arenas mojadas de ilusiones y de penas!
¡Volver al mar de nuevo y de nuevo regresar!
Mientras, el futuro que se acerca, siempre presente será.

domingo, 26 de mayo de 2013

La mejor enseñanza ( dedicada a Universo,por recordarme vivencias nostálgicas y por estar "ahí").

Mi casa del pueblo,
 en la cual nacimos
todos los hermanos,
 tenía una pequeña  huerta
 y en ella  un hermoso pino,
 donde, cada tarde, sube-baja,
 felices, jugábamos.
 Por detrás del pino
 había una acequia
 pequeña y estrecha,
 pero suficiente:
 allí nos mojábamos.
 Frente a dicha acequia
 había un lavadero,
 en el que diariamente,
 mi madre lavaba y,
 a la que yo, gustosa,
 siempre acompañaba.
 "Madre -dije un día, curiosa-
he visto en la acequia  grande,
 la que sube por la calle,
 a unas mujeres lavando.
¿ Por qué no vamos allí?.
 Hablan, se ríen y cantan.
 ¡ A mi me gustaría ir!".
 Mi madre me miró y,
 muy seria, me dijo:
" No puede ser.
 Ellas van porque en sus casas,
 no hay agua ni lavaderos
 en los que puedan lavar.".
 Aquello a mis ocho años,
 no lo podía entender:
 " Ellas no tienen y ríen.
 Mamá tiene y está triste...".
 De nuevo volví a la carga.
 Un día y otro también,
hasta que yo, majadera
 y ella harta del tema...
 ¡ por fin claudicó!.Fue así :
 "Mamaíta, pues si tú no quieres, ..
.¡déjame ir a mi!".
 Me miró de arriba a abajo,
 suspiró profundamente...no habló.
 Me preparó una cereta:
 pantalones de papá,
 un par de sábanas sucias,
camisas y calcetines...¡¡mi tesoro!!...
¡¡¡Y allá me fui!!!.
¡Qué alegría en mi semblante!
¡Qué felicidad sentí!. Pero...
aquel día no había mujeres...
¡solas la acequia y yo!...
y mi cereta con ropa;
 mi pastilla de jabón;
 mis manos fuertes, briosas;
 mi voz sonora cantando
 a Joselito y Marisol...
Cuando terminé el lavado;
 cuando enmudeció  mi voz;
 cuando crucé hasta mi casa;
 cuando mamá me miró...
le devolví la mirada y,
 con orgullo en mis palabras, dije :
" ¡ Deja: la tenderé yo!.
 Y, ¿sabes? yo creo que, en casa,
 se lava mucho mejor".
Mamá no me dijo nada...
¡pero sí que sonrió!.

sábado, 11 de mayo de 2013

Solidaridad

Me encuentro encerrada
 entre certezas absolutas
y sensaciones encontradas.
Deseando encontrar una vía de escape
 rápida y silenciosa.
Pasando inadvertidamente
 entre tal maraña de historias
 que van desgranándose solas.
Que aparecen porque sí.
En un afán de espantar la placidez,
el arte, la razón...
esa alegría interior
que da la situación más sencilla.
El aporte de energía positiva
 que puede llegar a transmitir una sonrisa.
La visión lenta o fugaz
 de lo" qué hubiera pasado sí...
o el qué pasará..".
La espera incierta e impaciente
del futuro que está ahí...
La huída hacia otras certezas...
las de sentirme feliz,satisfecha de mi vida,
y ver que amigos y amigas
viven en un sin vivir...
¡Qué incongruencias tan grandes
debo sortear tranquila,sin prisas,
para encontrar la salida!

sábado, 4 de mayo de 2013

¡ GRACIAS !

¡Qué felicidad tan grande
siento al pensar en ti!
¡Al sentir aún tu presencia!
Al saludarte, madre,
cada vez que sale el sol.
Cada vez que una planta
va muriendo en mis macetas
y te oigo tan segura
decirme que te las llevas
devolviéndomelas vivas.
Una mirada al espejo
y allí veo tu sonrisa.
Veo tu intensa mirada
queriendo darme consejo.
¡Siento tus manos tan suaves:
tu orgullo sin discusión!
¡Siento tu voz,madre mía,
resonar en mis ideas
y se mecen todas ellas
al compás de melodías
que no tienen parangón!.
¡Tantas vivencias,mamá!
¡Y todas inolvidables
(algunas queriendo obviar)!.
Gracias por darme la vida,
que no es el haber nacido:
es el haberme dado
 el ansia por conocer;
el ver la música en todo.
El hacerme ser persona
y el enseñarme a querer.
¡Que feliz me siento,madre,
de,abrazada a tu memoria
volver a sentir tu piel!