viernes, 16 de agosto de 2013

Sonetillo asonante, al paso del tiempo

 Se renuevan sentimientos
 de nostalgias infinitas
al ver retazos de sueños
 danzar de forma exquisita
entre suspiros de penas
 por un tiempo ya lejano
y expectaciones extremas
 ante el futuro cercano.
En el presente que hoy cuento
se encuentra lo verdadero;
lo que tengo, lo que siento;
lo que sin querer espero
y sin pensarlo presiento:
un augurio de consuelo.

miércoles, 14 de agosto de 2013

 A TOD@S MIS MUY QUERID@S SEGUIDOR@S:

 DESEO COMUNICAR  QUE HOY,CATORCE DE AGOSTO DE 2.013, NACE UN NUEVO BLOG,DONDE APARECERÁN SOLO RELATOS Y  PENSAMIENTOS O
" ELUCUBRACIONES",  COMO SUELO ETIQUETARLAS.
  ESTOY PASANDO POCO A POCO LOS RELATOS QUE TENGO EN ESTE BLOG. EL PROBLEMA SON LOS COMENTARIOS YA HECHOS,PERO HE COMPROBADO QUE PICANDO EN ELLOS,NOS LLEVA A " COMPARTIENDO SENTIMIENTOS" Y SE PUEDEN VER ALLÍ.  SIGO INVESTIGANDO, PERO SI ALGUIEN SABE CÓMO SE PASAN, SE LO AGRADEZCO.
 ESTO ES ALGO A LO QUE VENGO DANDO VUELTAS HACE TIEMPO Y, QUIZÁS,ALGO TENGA QUE VER LOS ÚLTIMOS ACONTECIMIENTOS.¡¡¡ DE TODO SE APRENDE!!!
 ESPERO Y DESEO VERLES POR AQUÍ .
 ¡¡ UN ABRAZO A TOD@S Y CADA UN@ !!
                                     

                                  ¡¡¡  GRACIAS!!!

elucurrelatos.blogspot.com   ( Solo prosa: imaginación y realidades)

jueves, 8 de agosto de 2013

LA CERTEZA ( Tercer y último microrrelato con el lema "Desde el andén)


  Después de la frugal cena, cansada y arrastrando sus doloridos pies, se dirige a la terraza. La vieja mecedora la espera, como siempre, silenciosa y acogedora. Se ha logrado crear una  perfecta complicidad entre ellas. Acomodándose con algo de trabajo en su querida compañera, pasa una mano por su pelo, oteando al tiempo el horizonte de la estrecha calle que se extiende ante su vista. Suspira intensamente. Comienza la rutina que cada día espera con ansia y culmina después de cenar.
 El expreso de las veinte treinta horas ha de hacer su aparición dentro de un rato. Desde su andén particular está preparada para que sus alas, después de tanto tiempo, puedan desplegarse y abrazar a su querida hija.
- ¡Seguro que es hoy!  (Ese pálpito, viejo conocido de tantos años).
  En la lejanía suena el traqueteo del tren. La mujer, triste y resignadamente, se incorpora. Acaricia a su compañera y sonríe.
 -  Otra  vez  – disculpa temblorosa- se le ha vuelto a hacer tarde. Este ya es el de las once…Mañana será el día. Lo sé. 
 Encorvada, cierra su andén particular y entra de nuevo en el infinito espacio de su soledad.
- “Lo sé”- susurra-

 Este microrrelato  es el presentado a concurso "Cuentos desde el andén".

miércoles, 7 de agosto de 2013

Juntos. (Segundo microrrelato con el lema "desde el andén).


 No quería ir, pero…"Será la última vez"- se dijo-.
Mucho tiempo atrás,  el solo hecho de prepararse para acudir a la estación del tren de cercanías y esperar la llegada de los veraneantes, hacía que su corazón se desbocara. Sobre todo, comodidad. La espera era larga y en el andén pedregoso sería inapropiada otra vestimenta.
  Él llegaba siempre con aquella sonrisa radiante. La miraba de soslayo y seguía su camino sin prestarle más atención. ¡Un día quiso Dios que hasta le guiñara un ojo! Suficiente alimento de esperanzas en sus ilusiones.
  También un día,  otro verano más tarde, él  volvió a guiñarle un ojo… ¡esta vez dando al traste con sus anhelos! ¡Abrazaba a una hermosa, elegante y divertida joven! En sus dedos enredados, dorados reflejos de compromiso.Ella, observándole, caminó desde el andén hacia su soledad. El corazón encogido de por vida.
  Hoy ha vuelto. Después de tanto tiempo, él regresa de nuevo. Esta vez para siempre. Ella está, como antaño, esperando en el andén. Pero solo le verá en su urna. La porta, muy triste,   ” la otra ”. La de verdad.
  Ese día, Dios quiso que él, ¡por fin! , se quedara para siempre con ella.

domingo, 4 de agosto de 2013

Campanas

  Hoy, al leer un poema que ha publicado una amiga,
 he recordado los días de angustia, impotencia y pena
 que causaban en mi alma tus silencios y tristeza.
 Esta última escondías entre alguna impertinencia,
que a veces repercutía fuertemente negativa,
dolorosa y malherida en mi ya eximia paciencia.
  Te sacaban de tu estado de estupor ante lo incierto
 las campanas de la iglesia,claras, firmes y seguras.
 Despotricabas nervioso. Te hacía daño el sonido
 que, por hacerte hablar un rato, defendía sin mesura
hasta lograr la sonrisa, grito o alguna palabrota
 que descargaban tu alma ante su derrota futura.
A día de hoy me pregunto qué te decían las campanas.
¿Quizá  fuera su sonido de aquella infancia lejana,
de la iglesia y de su plaza frente por frente a tu casa?
¿O puede que alegres carreras durante sacras procesiones
en que tú y tus amigachos iban con el santo a cuestas?
¿Cuando obligaban al niño a asistir  al santo oficio
 sabiendo que quien lo ofrece acumula vicios miles?
¿Recuerdas aquel sonido repiqueteando triste
 cuando enterraste al hijo, a la mujer, al amigo?
 Lo mismo cada toque anunciador de las horas
te recordaban el tiempo que te quedaba en tu alcoba.
 En tu casa. En tu vida. Que se acercaba tu aurora.
¡Y se acercó y,  por supuesto,siguen sonando campanas
y con ellas mil recuerdos!" Pa-pá" suena en cada toque.
 Y yo,con cada sonido, sonrío... te hablo...te vivo.


Otro recuerdo a Sebastián Suárez, mi padre

sábado, 3 de agosto de 2013

SERIE DE TRES MICRORRELATOS. CON EL LEMA : " DESDE EL ANDÉN"

                                                        Miradas
 

Cada día sin faltar ni uno, sobre las cuatro de la tarde aproximadamente, mi tío dirigía sus pasos a la estación del tren de cercanías del pueblo: lluvia, viento, sol…No le importaba en absoluto. Sus pasos y su mirada solo tenían una meta: llegar para, situado en su lugar favorito, comenzar a observar y esperar con la ilusión por testigo.

 Sonreía a las muchachas, bonitas o no; regañaba con la mente y el entrecejo fruncido a los gamberros que molestaban a los viajeros; ayudaba con la mejor de las intenciones a recoger y entregar el equipaje; se emocionaba con las despedidas y palpitaba su corazón  con los recibimientos…

 Todo lo conseguía a fuerza de silencios y miradas. Desde el andén de salidas, donde él se encontraba y elucubraba, no dejaba de observar sin disimulos el de llegadas: ella estaba a punto de aparecer en el expreso de las siete. Lo miraría, como siempre, saludándole con una ligera inclinación de cabeza y una mirada cómplice. Sus ojos, enredados durante segundos, se decían diariamente lo que nunca les dejaron decirse con palabras.

A las ocho, aproximadamente, mi anciano tío se volvía a casa feliz. Otro día más.

jueves, 1 de agosto de 2013

Una historia de siempre (Relato enviado al concurso con el lema"Pobreza y exclusión social",del Club de Escritura "Fuente Taja")


                                                     
¡Mamá!...¡Mamáaaaaaaaaaaaaaaaaa!. ¡Voy a casa de Maribeeeeelll!!. …y la chiquilla corrió como una exhalación antes de que la madre, atareada en exprimir su imaginación en la preparación de la comida principal del día, acertara  siquiera a darse cuenta de lo que decía la algarabía andante en que se estaba convirtiendo su niña…”¡¡Dios mío!! – pensó - ¡Qué día de Reyes tan difícil!””…La pequeña, mientras, trotaba más que otra cosa mirando ilusionada sus regalos: su preciosa muñeca y su hermosa maletita, dentro de la cual danzaban alocadamente el portalápices, la goma y una libreta azul que ponía “Cuaderno” con una letra que la hacía soñar con algo indefinible aún, pero que, solo de pensarlo, sentía unas cosquillas, como cuando se comía, de vez en cuando, una bolsita de sal de frutas…”¡Ja!.Maribel se va a quedar muda cuando vea mis regalos”- pensaba ilusionada y feliz .Con el corazón acelerado toca a la puerta con respeto y, en el fondo, temerosa: el padre de Maribel es el farmacéutico del pueblo, pero no impone solo por ello. Es un señor muy serio, alto y grueso que jamás sonríe y siempre mira con cara rara a todo el mundo. Pero no asoma el padre. Maribel abre la puerta y tira del brazo a Rosi: sin oírla; sin mirar la muñeca y casi tirando la maletita sonora porque sus ocupantes se quejaban del maltrato, pobrecitos,-pensaba la niña- corren por el gran jardín y, a la entrada de la cocina, el frenazo físico casi la tira al suelo. El frenazo mental fue excesivo para sus siete años…La cocina era una extensión de cocinitas, muñecas de todo tipo -¡la negrita era divina!-,un cuarto de baño en miniatura, ropa, ¡una bicicleta!.Rosi no salía de su asombro…Jugaron y ayudó a bañar a las muñecas. Volvió a casa y, el caminar, esta vez, era pausado. Raro. Acariciaba suavemente a su muñeca y pensaba, ”¡Qué porras. Yo también puedo jugar! ”. En casa, un rato más tarde, la madre de Rosi oyó un llanto desgarrador que procedía del cuarto de baño. Voló más que corrió y, al abrir la puerta, vio a su hija con los restos de la preciosa muñeca hechos añicos en el lavabo, en sus diminutas manos y, sobre todo, en su corazón…La madre no habló. Su mirada expresaba tanto dolor que Rosi, hipando cada vez más despacio, relegó el llanto a algún nivel de comprensión infantil y dio paso a una solidaridad con su madre, tan fuerte, que, secándose los ojos con una mano y levantando del suelo la hermosa maleta con la otra, le dijo muy seria: “Mamá, ¿la maleta es también de cartón?”. ”Sí, hija”. “Bueno, cuando esté sucia la limpio con un trapo, ¿vale?” y, al llegar al pequeño patio, se sentó bajo la parra, sacó la libretita, miró la palabra “Cuaderno” y supo que algún día escribiría sobre el porqué de lo que había pasado. Por qué tanto y tan poco. Sobre todo, ¿por qué era más dolorosa la mirada de su madre que el haberse quedado sin su preciosa muñeca?.” ¡Cuaderno”! .Entonces, abrió el portalápices y comenzó a imitar las hermosas letras de molde. En cada trazo, una lágrima. En cada suspiro, un poquito de esperanza

Comunicado

 A todas mis queridas seguidoras : hasta ahora he estado bastante ocupada con temas de índole personal y otras cosillas. Ya estoy por aquí de nuevo y prometo ponerme al día.
  He participado en un concurso de relatos cortos y luego en otro de microrrelatos, solo por el echo de ver qué tal. Todavía no han dado resultados de nada y tampoco espero nada. No es un espacio que me llene, aunque me gustan, claro. Me estoy divirtiendo con algunos comentarios y enfadándome con otros. Supongo que es normal. De todas formas, son parte de mi andadura por el campo de las letras y, poco a poco, les iré dando cabida en mi blog, que es el de Uds..
¡Un abrazo!