sábado, 19 de mayo de 2018

En resumen...

Un camino a todas partes.Un sueño que nunca termina.
Una ilusión continuada.Un vivir para ayudar.
Una disculpa por todo(mi carácter  explosivo).
Unos ojos que te observan viendo la vida en tus ojos.
La enseñanza que recibo de quien aspiro a entregarla.
¡ Cada alumna,cada alumno,es una luz en mi alma!
Cada uno de mis fallos, una espinita clavada (algunas,potentes dardos)
Un acierto,una sonrisa:un soplo de plenitud.
Cada persona encontrada en este sueño que vivo
es el bastón poderoso en el que apoyo mis pasos.
Me duelen los que se han ido,
alumn@s y compañer@s
 que en un rincón especial permanecen a la espera...
Y me adormezco de nuevo.Deseo seguir soñando
hasta un "en dónde" y un real "cuándo"y,aun así,
seguir soñando.

2 comentarios:

  1. Qué hermosas palabras en tu poema, pienso que la enseñanza es una profesión vocacional, es aprender para enseñar, instruirte para entregar después y es un trabajo de labranza en el que con esfuerzo y poquito a poco se va nutriendo a esos arbolitos bajos en conocimientos, en respeto y compañerismo, y con ello irán creciendo y haciéndose fuertes por dentro de manera que el día de mañana, cuando sean grandes no cualquier viento los pueda derribar. Me ha encantado leerte y ver el blog tan bonito que tienes ¿lo has cambiado verdad? Un abrazo muy grande y feliz verano Mari Carmen.

    ResponderEliminar
  2. Hola,Mª José!!!
    Este poema es un desahogo sentimental muy pequeño de mi paso por la enseñanza...¡es tan extensa!Saber que has contribuido a que muchos "àrboles" no solo no caigan,sino que hayan arraigado y sigan creciendo me hacen sentirme realizada y que todo haya valido la pena.¡Gracias por entenderlo y decírmelo!
    Sí,algo he cambiado del blog,a ver si me animaba un poco a volver a él.Estoy en ello y te seguiré en el tuyo.
    ¡Un fuerte abrazo!Feliz verano,también para ti.

    ResponderEliminar