
¡vuela!
y el aire susurró en mi oído:
¡suspira!
y la brisa marina,
húmeda de sal
sazonó mis labios.
Y el silencio de la noche me gritó:
¡calma!
Y yo los escuché a todos.
Volé.Suspiré.
Lamí mis labios de sal.
Y en el grito del silencio,
cual nana infantil,placentera,
me dormí.
Buenas noches mi querida amiga.
ResponderEliminarAcabo de leer tus bellos, hermosos y amorosos poemas que salen de lo más profundo de tu ser. Enhorabuena por volver a reiniciar tu nueva andadura poética
En ello estoy.Poco a poco.Gracias por tus palabras y,sobre todo,por leerme.
ResponderEliminarbesos!!!