Soy lo que fui

    Aún me asustan vivencias de mi infancia, como los monstruos de mis sueños; el coco y la momia; el "hombre del saco";¡ la película "El cebo"!. La oscuridad del !"camino viejo", con árboles danzantes que amenazaban mis pasos; la oscuridad continuada en mi cuarto ante ruidos externos incomprensibles y angustiosos;¡la mirada de mi padre!;la jeringuilla del bruto del practicante del pueblo; la miseria y la tristeza que no entendía pero existía;¡la mirada de mi madre!...

   Aún me asustan porque hirieron...pero me ayudaron a forjar mis sentimientos y, hoy en día, valoro como un tesoro real y completo que me acompaña por caminos que fueron mis refugios durante una época inolvidable: me ayudó la ilusión en la voz y los gestos de mi padre al leernos cuentos y explicarnos historias, en mi amor por la lectura, la poesía; por redactar y soñar con un lápiz por amigo. Me ayudó el saber estar de mi madre; su comprensión y paciencia; su voz pequeñita y suave pero plena de armonías y cadencias, logrando inculcar en mi una pasión y un vivir: la música.
  Simplemente, todo ha sido dejarme llevar por, aun saltando vallas espinosas y crueles, la ilusión de las pequeñas vivencias cotidianas, que son las que ayudan a que los sustos, miedos, angustias vividos, sean solo un recuerdo convertido hoy en día en lo que soy.