"Si en mí no encuentras consuelo no lo encontrarás en nadie:
-dice una hierba maltrecha a una lombriz serpenteante-
"me pisan,aplastan,arrancan y,¿ves cómo sigo adelante?..."
"¡¡Oh,no!!.No somos iguales.¡No puedo obtener consuelo
ya que si a mí me pisan,quedo chafada en el suelo.
¡Ya no sé dónde meterme!¡Mi refugio no es seguro!.
Arrastro mi cuerpo oscuro en la oquedad de tu verde
en un intento final de escapar y ser por siempre libre,
valiente,optimista...¡feliz!..."
"-¡Ideales no te faltan,queridísima lombriz.
Si a mí me pisan,amiga,también te pisan a tí!.
¿Qué solución buscaremos factible para las dos?.
--Un grillo que andaba
cerca oyó la conversación
y suavizando sus saltos,
dulcificando su voz,
de esta forma tan clara
este consejo les dio:
"La naturaleza dicta.Así es como vivimos.
Tú alimentas a la hierba.Ella crece verde,intensa.
Yo alegro a ambos¡a veces!.¡Y es una rueda infinita!.
Sólo el hombre en su ignorancia es el que siempre limita
en forma de pisotones aquí, nuestra efímera estancia.
¡En nacer,crecer,huir,se encuentra la solución!:
Ahora yo, cantaré;saltaré sobre tí, hierba,
que danzarás cimbreante.Y tú, asustadiza lombriz,
enredarás con tu cuerpo cada brizna,cada cante...
Que cuando llegue el momento ,nuestra vida en este mundo
fuera gozosa en su tiempo".
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