Creo haber visto surgir la esperanza
tras aquella estrella que me está mirando
y que desliza, tal como jugando,
versos de ternura que con sus ojos traza.
Acaricia a la estrella y recoge el brillo
y esplendor que alegre desprende.
Y, guiñando un ojo,sin que el otro ciegue,
emprende,segura y feliz el camino.
La siento en el aire.¡Ya llega!
Desciende esparciendo el regalo.
Cubriendo con él el desconsuelo humano:
mezcla de esperanza con brillo de estrella.
Ansiosa aspiro la parte que me toca
y,cerrando los ojos,siento que es un sueño
tan maravilloso,sublime,etéreo...
¡Tanta necesidad el alma invoca!
Hola Mª Carmen, pero los sueños abecés se hacen realidad. Lo importante es no perder la esperanza. El poema es precioso, que bien lo haces.
ResponderEliminarUn cálido abrazo.