inundan mis sentimientos
haciéndolos más claros:
Oigo al gallo,las gallinas
oigo los pavos señores;oigo al viento que dirige
los cantos de estos cantores,
hasta que, pasado un rato,
oigo otros cantos discordes:
son los alumnos que llegan
con sus gritos y sus roces.
Es la hora de la magia,
la hora de los albores;
la que hace que comiencen
realidades e ilusiones.
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